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    Polifagia en perros: causas y evaluación diagnóstica

    Aunque tener buen apetito es considerado signo de buena salud, la presencia de polifagia en perros puede ser el indicador de una enfermedad grave.

    Introducción a la polifagia en perros

    El término polifagia hace referencia a un consumo excesivo de comida. Sin embargo, no todos los propietarios son conscientes de la cantidad de alimento que necesitan ingerir sus mascotas, y es posible que una supuesta polifagia pudiera ser realmente la respuesta fisiológica de un paciente a un aporte calórico fisiológicamente insuficiente.

    Por ello, cuando el veterinario es consultado por un problema de polifagia en perros, es importante que compruebe la cantidad de alimento que ingiere el paciente diariamente y cuál es su aporte calórico. Además, se debe verificar si la polifagia ha coincidido con cambios sustanciales en el peso del paciente. Aunque es más frecuente que los perros polifágicos ganen peso, en determinadas enfermedades la polifagia va unida a pérdida de peso.

    Aunque la polifagia en perros puede ser patológica y su presencia ser un indicador de la existencia de una enfermedad sistémica, esto no siempre es así. Existe también una polifagia fisiológica, que aparece como una respuesta a un incremento en los requerimientos energéticos del animal, como ocurre por ejemplo en perras en gestantes o lactantes, o en animales que son sometidos a ejercicio intenso durante períodos prolongados. Todos estos hechos deben ser tenidos en cuenta a la hora de establecer el origen de la polifagia y el protocolo diagnóstico a seguir.

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    Clasificación de la polifagia en perros

    El control de la ingesta de alimentos es consecuencia de la interacción de diversos factores a nivel gastrointestinal y del sistema nervioso central (SNC), así como de factores medioambientales. Basándonos en ello, la polifagia en perros puede ser primaria o secundaria. (Tabla 1)

    Tabla 1. Causas de polifagia1

    Primaria

    Lesiones del SNC

    Infecciones, neoplasia, traumatismos

    Psicógena

    Estrés, dieta, competencia por la comida

    Secundaria

    Fármacos

    Anticonvulsivantes, benzodiazepinas, ciproheptadina, glucocorticoides, mirtazapina, progestágenos

    Aumento requerimientos metabólicos: fisiológico

    Crecimiento, gestación, lactación, incremento ejercicio, frío extremo

    Aumento requerimientos metabólicos: patológico

    Acromegalia, hipertiroidismo

    Disminución del aporte energético por….

    Pérdidas

    Diabetes mellitus

    Mala asimilación

    Insuficiencia pancreática, enfermedad intestinal infiltrativa, linfangiectasia, parasitosis intestinal

    Disminución de la ingesta de energía

    Megaesófago, comida de muy baja calidad, hipoglucemia

    Mecanismos desconocidos

    Hiperadrenocorticismo, síndrome de degeneración retiniana adquirida repentina, shuntportosistémico/encefalopatía hepática

     

    La  polifagia primaria es consecuencia de la existencia de una enfermedad que afecta al sistema nervioso central, causando un incremento del apetito a pesar de que exista un balance energético adecuado. En este caso, el diagnóstico diferencial debe incluir las lesiones a nivel de los núcleos ventromediales del hipotálamo (donde se regula la sensación de saciedad) por trauma, neoplasia, infección o inflamación, así como la polifagia psicógena por estrés o por introducción de una dieta más palatable.

    En la polifagia secundaria el aumento del hambre es debida a factores no neurológicos, como:

    • Incremento de la tasa metabólica: fisiológico o patológico
    • Disminución del aporte de energía
    • Disminución de la energía disponible
    • Efecto de fármacos
    • Factores no conocidos

    Cuadros clínicos asociados a polifagia en perros

    El primer paso durante una consulta por polifagia en perros es establecer si esta existe realmente. Para ello resulta útil pedir al propietario que cuantifique el incremento en la ingesta de comida por parte del perro, así como que indique si existen comportamientos sugestivos de polifagia, como coger comida de la mesa o de la basura, o estar demandando comida continuamente.

    Valorar cambios en el peso

    Una vez se ha hablado con el propietario, es importante valorar si se han producido cambios en el peso del paciente:

    • Los perros con polifagia primaria o inducida por fármacos suelen ganar peso, mientras que la mayoría de las enfermedades que causan polifagia secundaria suelen cursar con pérdida de peso, aunque algunas (acromegalia, hipoglucemia secundaria a insulinoma, hiperadrenocorticismo o SDRAS) también ocasionan ganancia de peso.
    • Así mismo, la polifagia fisiológica (gestación, lactación) también puede causar aumento de peso.
    • En pacientes polifágicos con ganancia de peso es importante revisar la historia clínica para comprobar si el perro está siendo tratado con algún fármaco que pueda causar aumento del apetito (como, por ejemplo, glucocorticoides, fenobarbital, antihistamínicos, progestágenos, benzodiacepinas, ciproheptadina o mirtazapina).

    Historia clínica y examen detallado

    Antes de someter al paciente a diversas pruebas diagnósticas es importante revisar bien la historia clínica y hacer un examen físico completo. Además, siempre debería calcularse la ingesta calórica diaria, porque uno de los posibles diferenciales es que el perro no esté recibiendo el aporte calórico necesario.

    Los perros con polifagia primaria debida a una lesión del SNC pueden presentar signos neurológicos asociados, tales como:

    • Ataxia
    • Déficit propiocepción
    • Ceguera
    • Poliuria/polidipsia
    • Caminar en círculos

    Por otra parte, si la polifagia en perros es secundaria, los signos clínicos asociados serán los de la enfermedad subyacente, por lo que pueden ser muy variables. De este modo, en perros con polifagia secundaria a diabetes mellitus es esperable encontrar poliuria/polidipsia (PU/PD) y pérdida de peso, mientras que en pacientes con hiperadrenocorticismo la PU/PD se puede acompañar de intolerancia al ejercicio, jadeo, alopecia y distensión abdominal.

    Por lo que hace a la polifagia secundaria a problemas digestivos, la insuficiencia pancreática exocrina suele cursar con pérdida de peso y heces blandas, muy voluminosas y malolientes, mientras que los perros con megaesófago se presentarán con regurgitación. Por otra parte, en perros con shunt portosistémico se pueden reportar signos neurológicos, ascitis o retraso en el crecimiento.

    Evaluación diagnóstica

    La hematología, perfil bioquímico completo y urianálisis son las pruebas indicadas inicialmente en la evaluación diagnóstica de la polifagia en perros. Estas pruebas pueden permitir establecer el diagnóstico, por ejemplo en un paciente con diabetes, pero en otros muchos casos solo aportan pistas sobre la posible etiología y son la puerta a la realización de pruebas adicionales.

    • Por ejemplo, la presencia de anemia sugiere una enfermedad crónica o pérdida de sangre a nivel gastrointestinal.
    • La leucocitosis o trombocitosis pueden sugerir hiperadrenocorticismo
    • La eosinofilia, un problema parasitario.
    • Por lo que hace al perfil bioquímico, la panproteinemia puede indicar problemas relacionados con la absorción de nutrientes, mientras que la elevación de enzimas hepáticas podría ser compatible con hepatopatía, pero también con hiperadrenocorticismo. Por ello, si el cuadro clínico lo sugiere pueden indicarse pruebas de función adrenal.
    • En pacientes en los que la polifagia cursa con pérdida de peso y problemas digestivos estaría indicada la realización de un coprológico (preferente con heces de 3 días) así como la determinación de niveles de cobalamina, folatos y, especialmente TLI en caso de sospecha de insuficiencia pancreática exocrina.
    • Si existe sospecha de insulinoma, el diagnóstico se basa en demostrar una concentración de insulina anormalmente elevada en relación con los valores de glucosa en una muestra con hipoglicemia.
    • Deben considerarse pruebas de imagen (radiología, ecografía, TC o endoscopia) en pacientes con sospecha de megaesófago, enfermedad intestinal, shunt, o insulinoma, entre otras. 
    • Si hay sospecha de polifagia primaria debe hacerse un examen neurológico completo y probablemente sea necesario análisis del líquido cefalorraquídeo y tomografía computarizada o resonancia magnética.

    Tratamiento

    En perros con polifagia primaria debida a lesiones del SNC debe intentarse su corrección, mientras que si hay sospecha de un componente psicógeno, se debería tratar de identificar y eliminar factores potencialmente desencadenantes del problema. Para ello puede resultar útil consultar con un especialista en medicina del comportamiento.

    El tratamiento de la polifagia secundaria dependerá de cuál sea la causa subyacente, de modo que el control de la misma debería ir acompañado de una normalización del apetito. Si la polifagia es consecuencia de la administración de fármacos, deberían revisarse los beneficios potenciales de su administración frente al problema que representa la aparición de polifagia en el perro y actuar en consecuencia.  

    Conclusiones

    Con frecuencia los veterinarios somos consultados sobre casos de polifagia en perros. Sabemos de sobra que existen múltiples enfermedades que causan polifagia, y que algunas pueden ser graves. Sin embargo, nuestras primeras acciones con estos pacientes deben ir dirigidas a verificar si realmente existe polifagia, y si esta es patológica. La experiencia demuestra que algunos pacientes con polifagia sometidos a multitud de pruebas diagnósticas, fueron diagnosticados de malnutrición calórica consecuencia de administrar un alimento de mala calidad o en cantidad inadecuada.

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    Bibliografía

    1. Sieber-Ruckstuhl N (2024). Polyphagia. En Cote E, Ettinger SP, Feldman EC,. (eds). Textbook of Veterinary Internal Medicine. 9th ed. Elsevier.
    2. Weigand CM. Polyphagia. (2020). En Cohn LA, Côté E, (eds). Clinical Veterinary Advisor Dogs and Cats. Elsevier: 809-810.