Pododermatitis en el perro: las causas más frecuentes
Introducción
La pododermatitis es una inflamación de la piel que puede afectar a los espacios interdigitales, almohadillas, lecho ungueal y tejidos adyacentes, y a las uñas.1 No se ha demostrado que las pododermatitis afecten más animales de determinada edad o sexo, y entre las razas aparentemente predispuestas las hay tanto de pelo corto (Bóxer, Bulldog, Bull Terrier, Pointer) como largo (Pastor alemán, Golden Retriever y Setter irlandés).
2 Los tejidos afectados suelen presentar grados variables de prurito, eritema, edema, comedones, paroniquia, y nódulos que pueden ulcerarse y drenar exudados serosanguinolentos o purulentos.1,2 Las distintas enfermedades que causan pododermatitis en el perro cursan con manifestaciones clínicas muy similares, lo que imposibilita un diagnóstico preciso basado únicamente en la apariencia de las lesiones.3
Etiología de la pododermatitis en perro
En función de su etiología las pododermatitis en perro pueden clasificarse en 8 grandes grupos:2,3 (Tabla 1)
Demodicosis
Muchos perros con pododermatitis secundaria a demodicosis son diagnosticados erróneamente como atópicos, por lo que el tratamiento administrado no es efectivo o agrava el cuadro clínico que presenta el animal.3 Por ello, es importante no olvidar que los perros con pododermatitis por demodicosis no presentan prurito, o éste es leve, pero suelen apreciarse nódulos y fístulas que drenan líquido sanguinolento.
Atopia
El prurito (que provoca un lamido intenso de las patas) es una manifestación clásica de la atopia. Las pododermatitis atópicas presentan además eritema y grados variables de liquenificación y excoriaciones.1,3 Por otra parte es frecuente que en pacientes atópicos con pododermatitis se encuentren abundantes Malassezia spp.
Dermatofitosis
Los dermatofitos pueden causar pododermatitis en perros, y al igual que la demodicosis pueden causar lesiones en otras áreas. Sin embargo, y a diferencia de esta última, la presencia de nódulos que drenan contenido hemorrágico es poco frecuente porque los dermatofitos viven en la capa más superficial de estrato córneo, al contrario de Demodex spp, que vive en capas más profundas.3 El dermatofito más frecuente en el perro es Trichophyton spp, que no presenta fluorescencia a la lámpara de Wood ni produce artrosporas en el pelo. Por lo tanto, el diagnóstico suele basarse en un cultivo de hongos. 3
Pioderma profundo
El pioderma profundo de las patas se caracteriza por presentar nódulos, fístulas y trayectos de drenaje recurrentes, similares a los que aparecen en la demodicosis o en los quistes foliculares interdigitales (estos suelen afectar a un único espacio interdigital, generalmente dedos 4-5, y en el pioderma suelen ser múltiple). En ocasiones la demodicosis se complica con un pioderma profundo. Por ello, en cualquier perro con estos signos deben buscarse primeramente ácaros de Demodex spp, y si no se encuentran, hacer cultivo y antibiograma ante sospecha de pioderma profundo.3
Pododermatitis idiopáticas
Algunas pododermatitis diagnosticadas como idiopáticas tras una evaluación completa responden al tratamiento inmunomodulador, lo que apoyaría una base inmunomediada para estos pacientes, pero este hecho no ha sido bien documentado.2
Diagnóstico
- Además de un examen físico completo y de obtener una buena historia clínica, inicialmente se aconseja hacer examen microscópico del pelo, raspado cutáneo profundo y citología.
- Si hay sospecha o indicios de dermatofitos o bacterias es aconsejable hacer el correspondiente cultivo y antibiograma, si procede.
- Si esta aproximación inicial no permite alcanzar un diagnóstico preciso debería considerarse la realización de una biopsia cutánea.
- Además, debería recomendarse la evaluación de la función tiroidea o adrenal en pacientes con signos sistémicos o pruebas de imagen si hay sospecha de cuerpo extraño.1,2
Tratamiento
La pododermatitis en perro es con frecuencia autoperpetuante, multifactorial y resistente al tratamiento empírico, lo que la convierte en una enfermedad frustrante, tanto para el veterinario como para los propietarios.1 Por ello, resulta fundamental un buen protocolo diagnóstico que permita establecer y tratar la causa primaria.
Conclusiones
La pododermatitis en el perro no puede considerarse un diagnóstico definitivo sino una manifestación clínica de una enfermedad primaria. Por lo tanto, para un manejo efectivo se hace necesario un protocolo diagnóstico adecuado que permita establecer y tratar la causa primaria de la pododermatitis.