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    Hongos en perros: importancia de la dermatofitosis

    La dermatofitosis está entre las infecciones más frecuentes causadas por hongos en perros.

    Introducción

    En la naturaleza existen más de 100.000 especies de hongos de las cuales solo unas 300 son patógenas en animales. A su vez, estos hongos patógenos causan distintas enfermedades: micotoxicosis, micosis sistémicas, micosis profundas y micosis cutáneas. Dentro de las micosis cutáneas, la dermatofitosis hace referencia a una infección de los tejidos queratinizados (uñas, pelo y estrato córneo) causada por un hongo dermatofito.1 De entre las más de 30 especies de hongos dermatofíticos que existen, los más relevantes para el perro son Microsporum canis y Trichophyton mentagrophytes, y en mucha menor medida Nannizzia gypsea (anteriormente denominado Microsporum gypseum).2 Aunque no es lo más correcto, en muchas ocasiones el término “hongos” se usa de modo general para hacer referencia a las infecciones causadas por dermatofitos.

    Importancia de los hongos (dermatofitos) en perros

    La dermatofitosis es en general una enfermedad leve y muchas veces de curso autolimitante, que en el perro se considera menos prevalente que en el gato. En cualquier caso, su potencial carácter zoonótico le confiere un interés adicional, y es uno de los motivos porque los que a pesar de su carácter autolimitante siempre se recomienda tratamiento.1-3 La transmisión de estos hongos en el perro es vía directa por contacto directo con un animal infectado o bien por contacto con un entorno infectado en presencia de un microtrauma.1

    Los cachorros, animales con un mayor compromiso del sistema inmune de las razas como el Yorkshire Terrier y Parson Russell terrier y los perros de caza parecen estar más predispuestos al padecimiento de la enfermedad. 2

    Clinical Report: Papel de la dieta en la Dermatitis atópica canina

    Cuadro clínico de los hongos en perros

    La dermatofitosis es una enfermedad que afecta al folículo piloso.

    • Los signos clínicos incluyen alopecia (asimétrica y focal/multifocal), presencia de costras, escamas, pápulas y comedones.
    • No todos los pacientes desarrollan la clásica lesión en anillo con cicatrización central (hiperpigmentada o no) y pequeñas pápulas foliculares en la periferia.
    • El prurito suele ser ausente o leve, pero en ocasiones se reporta como intenso.
    • De modo menos frecuente pueden verse nódulos inflamatorios (kerion) y lesiones pustulares que se asemejan a un pénfigo foliáceo.1-3

    Diagnóstico

    Establecer un diagnóstico preciso de una infección por hongos en perros no resulta fácil, porque la apariencia de las lesiones puede ser similar a la de otros procesos como pioderma o demodicosis. Por otra parte, no hay una única prueba aceptada como “gold standard”.

    • Aunque considerada por muchos clínicos como la prueba de referencia, un cultivo solo permite establecer si hay o no esporas fúngicas en el pelo.
    • La confirmación de la presencia de una infección activa se obtiene en base el examen microscópico del pelo o escamas, o tras la biopsia de piel. 2,3
    • En cualquier caso, hay diversas herramientas útiles para llegar al diagnóstico definitivo, como el dermatoscopio o la lámpara de Wood.
      • Respecto a esta última, es importante usar una lámpara adecuada, enchufable y con un espectro de longitud de onda de 320-400 nm, y recordar que las evidencias actuales indican que mientras que Nannizzia gypsea, M. persicolor, y Trichophyton spp. no presentan fluorescencia, la mayoría de M. canis si lo hace.2,3
    • El cultivo permite confirmar la especie de dermatofito presente, y si se hace de modo correcto, los resultados obtenidos en la clínica usando un DTM pueden ser comparables a los obtenidos en un laboratorio de referencia. Si no se dispone de los medios adecuados para ello, es preferible remitir las muestras a un laboratorio. Normalmente las primeras colonias se observan a los 5-7 días de la siembra, pero el cultivo no se considera negativo hasta pasados 14 días. 2,3
    • La PCR realizada en un laboratorio adecuado es una técnica diagnóstica muy sensible, cuyos resultados se obtienen antes que los del cultivo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un positivo puede corresponderse tanto con una infección activa como con DNA que ya no es viable, y que, pueden obtenerse falsos negativos si la muestra no se ha obtenido del sitio adecuado2,3

    Tratamiento de los hongos en perros

    Aunque la mayoría las infecciones por hongos perros remiten espontáneamente en menos de 3 meses, se recomienda tratamiento para acortar el curso de la enfermedad y reducir los riesgos de transmisión.1-3 El manejo óptimo de estos casos incluye tratamiento tópico, sistémico y limpieza y desinfección del entorno.1-3

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    Tratamiento tópico

    Para el tratamiento tópico se recomienda la aplicación 2 veces a la semana de lociones o champús a base de enilconazol, miconazol 2%/, clorhexidina 2%, ketoconazol o climbazol.

    Tratamiento sistémico

    Actualmente se considera que el itraconazol (5–10 mg/kg/24 horas) es el tratamiento de elección,2 aunque algunos autores prefieren la terbafina (30-40 mg/kg/24 horas) en perros medianos/grandes, probablemente por altos costes del itraconazol en algunos países.3

    Curación 

    El tratamiento se administra hasta la curación micológica, definida actualmente como la obtención de 2 cultivos negativos consecutivos, si bien se debate si el hecho de obtener 1 resultado negativo en perro con curación clínica es suficiente para parar el tratamiento.1-3

    Conclusiones

    La sospecha de una infección por hongos en un perro debe llevar al clínico a intentar obtener un diagnóstico preciso. Es importante considerar el riesgo de contagio para otros animales y/o humanos que convivan con el animal afectado. En cuanto al tratamiento, no debemos caer en el error de pararlo cuando los signos clínicos se hayan resultado, si no cuando se haya conseguido la curación micológica.

    Descarga el informe: Dermatitis atópica canina

    1.     Miller WH, Griffin CE, Campbell KL. (2013). Fungal and Algal Skin Diseases. En: Miller WH, Griffin CE, Campbell KL, (eds). Muller & Kirk’s Small Animal Dermatology, 7th ed. Elsevier pp. 223-283.
    2.     Moriello KA, Coyner K. (2023). Dermatophytosis. En: Sykes JN. (ed). Greene’s Infectious Diseases of the Dog and Cat, 5th ed. Elsevier pp. 961-977.

    3.     Moriello KA. (2021). Dermatophytosis. En Jackson JA, Marsella R (eds) BSAVA Manual of Canine and Feline Dermatology. 4rh ed. British Small Animal Association. Gloucester: 188-195.