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    Evidencia científica del uso de probióticos en gatos

    Desde hace unas décadas, los beneficios para la salud asociados al uso de probióticos, prebióticos y simbióticos han sido objeto de estudio e investigación.1 El presente artículo pretende realizar una actualización sobre sus características, sus diferencias y su evidencia científica en gatos.

    Probióticos

    Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando son consumidos en las cantidades adecuadas, pueden proporcionar efectos beneficiosos para la salud.2 Muchos géneros y especies diferentes de microorganismos pueden ser considerados potenciales probióticos pero, desde una perspectiva comercial, las cepas más importantes son las de bacterias ácido lácticas o Lactobacilos,3 como Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus reuteri o algunas cepas de Lactobacillus casei y de Lactobacillus acidophilus. También son ampliamente usadas las bifidobacterias, ciertas cepas pertenecientes a Bacillus coagulans, la cepa Nissle 1917 de Escherichia coli, algunos enterococos como Enterococcus faecium SF68 y la levadura Saccharomyces boulardii.1

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    Los probióticos pueden contener una sola cepa de un microorganismo o una combinación de dos o más.2 Se cree que sus mecanismos de actuación se basan en la producción de sustancias inhibidoras, el bloqueo de los sitios de adhesión de las bacterias patógenas, la competencia con las bacterias patógenas por los nutrientes, la degradación de las toxinas, así como el bloqueo de los receptores de toxinas y la modulación de las respuestas inmunes.1

    Actualmente existe muy poca información sobre las aplicaciones de los probióticos en la especie felina, y son escasos los ensayos clínicos que se han realizado. La suplementación de la dieta con la cepa Lactobacillus acidophilus ha demostrado provocar una alteración positiva en el balance de la microflora intestinal, disminuyendo el pH fecal y reflejando también cierto efecto inmunomodulador.4

    La eficacia de Enterococcus faecium SF68 también ha sido evaluada en gatos infectados por herpesvirus 1 felino (FHV-1) y se ha sugerido que la administración de este probiótico reduce las morbilidades asociadas a esta enfermedad.4

    Si bien es cierto que no es sencillo extraer conclusiones debido a la falta de estudios descritos en la literatura, nuevas investigaciones se están llevando a cabo para determinar la utilidad de estos microorganismos en el manejo de las enfermedades gastrointestinales felinas.4

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    Es importante recordar también que la viabilidad de los probióticos en un producto y, posteriormente, en el tracto gastrointestinal, puede mejorar si se añade el prebiótico adecuado.1 

    Los prebióticos se definen como los ingredientes alimenticios no digeribles que afectan beneficiosamente al animal que los consume, estimulando selectivamente el crecimiento y/o la actividad de algunos géneros de microrganismos en el colon, generalmente lactobacilos y bifidobacterias, capaces de mejorar la salud del animal.1,3 Las formas más comunes de prebióticos son los oligosacáridos no digeribles como la inulina, los galactooligosacáridos y los fructooligosacáridos.4

    Probióticos en gatos

    Estudios sobre la eficacia de los prebióticos en gatos concluyen que la suplementación de la dieta con oligosacáridos en concentraciones superiores al 0,5% puede resultar beneficiosa en la mejora de la salud intestinal. Sin embargo, la suplementación en exceso puede provocar malestar intestinal.4

    Como en el caso de los probióticos, aún es necesaria mucha investigación para determinar la dosis, la duración de la suplementación, los tipos de prebióticos y sus posibles efectos sobre la microbiota intestinal felina.4

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    Simbióticos

    En muchas ocasiones, nos referimos a los productos veterinarios administrados como suplemento alimentario con el nombre de probióticos, pero técnicamente deberíamos llamarles simbióticos.5

    En mayo de 2019, un panel de nutricionistas, fisiólogos y microbiólogos se reunieron para revisar la definición y el alcance del término “simbiótico” y proporcionar una guía para futuras investigaciones. Se actualizó la definición a “combinación de microorganismos vivos y sustratos utilizados selectivamente por los microorganismos del huésped que confiere un beneficio para la salud del mismo”. Los términos “prebiótico” y “probiótico” fueron excluidos dado que no permitían la inclusión de otros microorganismos y sustratos que, de forma conjunta, también aportan beneficios para la salud del animal pero, de forma individual, no se ajustan a las definiciones de estos dos conceptos. Además, la simple unión de un prebiótico y un probiótico no asegura su funcionalidad, dado que podrían darse antagonismos.6

    Existe muy poca información sobre las aplicaciones de los simbióticos en gatos. Sin embargo, algunos estudios demuestran sus beneficios. La administración de la cepa B82 de B. pseudocatenulatum y galactooligosacáridos durante 15 días en 10 gatos resultó en una reducción de las concentraciones de amonio en las heces junto al incremento del recuento de bifidobacterias, sugiriendo una mejora en la salud intestinal.4

    Conclusiones

    A pesar de la poca información existente acerca de los efectos de la suplementación con prebióticos y probióticos, los estudios realizados hasta ahora son prometedores para la salud de los gatos sanos. Entre los problemas descritos acerca de estos productos destaca la poca rigurosidad en la declaración de los microorganismos presentes en las formulaciones comerciales de probióticos, hecho que complica el reconocimiento de las cepas usadas; las cepas usadas en estos productos no suelen estar descritas adecuadamente y el conocimiento de la microbiota intestinal de perros y gatos no se conoce con tanto detalle como el de otras especies.4

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    Referencias bibliográficas:
    1. Pandey, K. R., Naik, S. R. Vakil, B. V. (2015). Probiotics, prebiotics and synbiotics - a review. J Food Sci Technol, 52. 7577-7587.
    2. Jugan, M. C., Rudinsky, A. J., Parker, V. J. Gilor, C. (2017). Use of probiotics in small animal veterinary medicine. JAVMA 250(5). 519-528.
    3. Vasiljevic, T. Shah, N. P. (2008). Probiotics – From Metchnikoff to bioactives. International Dairy Journal 18. 714-728.
    4. Baffoni, L. (2018). Probiotics and Prebiotics for the Health of Companion Animals. Probiotics and Prebiotics in Animal Health and Food Safety. 175-195.
    5. Mclauchlan, G., Cosgrove, L (2014). Probiotic use in dogs and cats – issues and studies into benefits. Recuperado el 9 de diciembre de 2020 de https://www.vettimes.co.uk/article/probiotic-use-in-dogs-and-cats-issues-and-studies-into-benefits/
    6. Swanson, K. S., Gibson, G. R., Hutkins, R., Reimer, R. A., Reid, G, et al. (2020). The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on the definition and scope of synbiotics. Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology 17. 687-701.