Dermatología veterinaria: micofenolato mofetilo
El micofenolato mofetilo es un fármaco que se utiliza cada vez con mayor frecuencia en dermatología veterinaria. El micofenolato mofetilo es un profármaco del ácido micofenólico que es un inhibidor de la inosina monofosfato deshidrogenasa (IMPDH) que es una enzima crucial para la síntesis de guanosina, por lo que su inhibición produce un déficit en la síntesis de DNA y destrucción celular posterior en las células que son dependientes de la vía de novo para la síntesis de purinas, como son los linfocitos T y B1.
Los primeros usos del micofenolato en humanos fueron para la prevención del rechazo del trasplante renal y se fue expandiendo posteriormente al resto de enfermedades inmunomediadas. En animales, se usa principalmente para el tratamiento de múltiples enfermedades inmunomediadas como por ejemplo la anemia hemolítica, la miastenia gravis y el pénfigo vulgar.
Las ventajas del uso del micofenolato frente otros inmunosupresores son: rápida acción, disponibilidad parenteral y menor hepatotoxicidad y mielotoxicidad que otros inmunosupresores (azatioprina). Por ello se quiso analizar el uso del micofenolato como terapia adyuvante en las dermatosis inmunomediadas como el pénfigo foliáceo, la vasculitis, enfermedades ampollosas y la fístula perianal. Amplía tus conocimientos en dermatología veterinaria de cara a mejorar el diagnóstico diferencial con nuestros recursos y vídeos.
Se seleccionaron catorce casos desde 2010 y 2015 en Estados Unidos con diagnóstico histológico confirmado para una de las patologías señaladas previamente y se analizó el resultado tras la introducción del micofenolato en relación a múltiples variables: tratamiento previo, tiempo hasta inicio del micofenolato, efectos adversos, y respuesta clínica.
En total, de los catorce casos, once recibieron desde inicio terapia con micofenolato con una dosis media de 15 mg dos veces al día. La eficacia de este régimen se observó en el caso del pénfigo foliáceo donde seis de los nueve perros afectos presentaron remisión clínica de la enfermedad con micofenolato y esteroides. Dos casos de los restantes obtuvieron respuesta parcial y en el caso restante se tuvo que parar el tratamiento por efectos adversos. El único perro afectado de epidermiolisis bullosa evolucionó hacia la remisión completa. Sin embargo, en el perro afecto de fístula perianal, no se obtuvo respuesta. En el caso de la vasculitis y histiocitosis, se paró el tratamiento por efectos adversos. La mayoría de los perros que obtuvieron respuesta completa requirieron de glucocorticoides para mantener la respuesta, aunque con una dosis menor.
Los efectos adversos fueron diarrea, hematoquecia, vómitos y neoplasias secundarias. En la mayoría de los perros se discontinuó por los efectos gastrointestinales. Un correcto estado nutricional puede ayudar a prevenirlos y ayudar con el tratamiento de la enfermedad.
Así pues, a pesar de los efectos adversos de la terapia (los cuáles suelen ser leves y transitorios en la mayoría de los casos) el tratamiento con micofenolato es un tratamiento efectivo y que permite disminuir la dosis total de corticoides en los perros afectos de enfermedades inmunomediadas de la piel.