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    Creatinina alta en gatos¿cúanto es "alta"?

    Una creatinina alta en gatos, no indica necesariamente una enfermedad renal intrínseca.

     

    Introducción

    A nivel clínico, la creatinina es el marcador diagnóstico de función renal utilizado con mayor frecuencia por los veterinarios. Su determinación es imprescindible para clasificar la severidad de la enfermedad renal, tanto en pacientes con daño renal agudo (AKI) como en animales con enfermedad renal crónica (ERC).1

    Además, el valor de la creatinina se considera un factor pronóstico en la evolución de la enfermedad renal.2 Sin embargo, su concentración puede verse afectada por un serie de factores que es necesario conocer para poder interpretar correctamente un resultado y establecer qué implicaciones tiene el hecho de encontrar una creatinina alta en gatos.

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    ¿Por qué se usa la creatinina como indicador de función renal?

    Actualmente se considera que el mejor modo de evaluar la función renal global es a través de la determinación de la tasa de filtración glomerular (TFG). Desafortunadamente, ninguna de las técnicas disponibles es aplicable a la práctica clínica habitual, por lo que se recurre a diversos marcadores indirectos de TFG, entre ellos, la creatinina.3,4

    La creatinina es una molécula pequeña, procedente de la ciclación del fosfato de creatina y la creatina a nivel del músculo esquelético. Se filtra libremente a través del glomérulo sin que existan fenómenos de reabsorción ni secreción tubular en la especie felina, por lo que puede ser usada para estimar la TFG. Sin embargo, a nivel funcional, la creatinina y la TFG tienen una relación curvilínea inversa, de modo que en estadios iniciales de enfermedad renal, un descenso importante en la TFG no se acompaña de un aumento significativo en la concentración de creatinina, mientras que en estadios avanzados, pequeños cambios en la TFG se asocian a importantes incrementos de la concentración creatinina.3-5 De hecho, tradicionalmente se consideraba que una creatinina alta en gatos indicaba que ya se había perdido un 75% de la función renal, lo que convertía a la creatinina en un indicador muy poco sensible de la existencia de enfermedad.3,6 Sin embargo, actualmente se sabe que esto no es exactamente así, porque los fenómenos compensatorios que se producen en la enfermedad renal hacen que a los 13 meses de haber sufrido una pérdida repentina del 75% de las nefronas funcionales, el descenso en la TFG sea del 35-60%.4 Para aumentar el valor diagnóstico de la creatinina, en medicina humana se han desarrollado una serie de ecuaciones de predicción que permiten estimar la TFG de modo bastante fiable a partir de la concentración de creatinina. Hasta la fecha los intentos de desarrollar ecuaciones similares en gatos no han tenido éxito.7

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    ¿Cómo interpreto una concentración de creatinina alta en gatos?

     La concentración de creatinina puede verse afectada por diversos factores extrarrenales, que deben ser tenidos en cuenta para interpretar correctamente un resultado.

    • Uno de estos factores es la masa muscular. En pacientes muy musculados la concentración de creatinina puede ser más alta de lo establecido como normal, por lo que el uso de la creatinina como único indicador de función renal podría dar un resultado falso positivo. Por el contrario, en pacientes con poca masa muscular la creatinina infra-estima la severidad de la disfunción renal.4-6
    • Se sabe que determinadas razas de gatos como los birmanos, siberianos, y en menor medida siameses y somalíes pueden presentar valores de creatinina más altos que la población general.8
    • Para evitar diagnósticos falsos positivos en estos animales, además de considerar otros indicadores de función renal (SDMA, densidad de orina u otros) puede resultar muy útil valorar la tendencia individual de la creatinina en el tiempo en ese paciente concreto. Aunque la creatinina presenta una variabilidad poblacional bastante alta, la variabilidad intra-individual es mucho más baja. Por ello, incrementos en la concentración de creatinina superiores al 17-20%, aún estando dentro del rango de referencia establecido deberían ser considerados significativos.4
    • Actualmente, pacientes no azotémicos, en los que se demuestran cambios en la concentración de creatinina  0,3 mg/dL en menos de 48 horas se clasifican como AKI grado 1.
    • Por otra parte, la concentración de creatinina aumenta tras la ingestión de determinados alimentos, por lo que siempre que sea posible se medirá en ayunas.
    • Además, como cualquier otro indicador de TFG, la creatinina aumenta con la deshidratación o en pacientes con obstrucción del flujo de orina, aunque no haya una enfermedad renal intrínseca.4 Por ello, en estos casos antes de afirmar que el gato tiene una enfermedad renal, deben corregirse dichas alteraciones y valorarse la función renal nuevamente.
    • También hay que tener en cuenta que la creatinina suele ser ligeramente más alta (0.05-0.1 mg/dL) en suero que en plasma, así como que la hemólisis podría aumentar su valor según el método analítico usado, mientras que la lipemia e ictericia lo podrían disminuir.5-6
    • Por último, es necesario saber que se han reportado importantes variaciones en los valores de creatinina en función del método analítico y laboratorio donde se realiza el análisis. Para una misma muestra, esta variación puede llegar a ser de hasta 0,57 mg/dL en animales sanos o ligeramente azotémicos, y de hasta 1,32 mg/dL en animales con azotemia severa. Estas diferencias podrían ser incluso mayores cuando se comparan resultados obtenidos con los analizadores bioquímicos usados en las clínicas.4

    Teniendo en cuenta todos estos factores, siempre que se pueda la creatinina debería medirse en un paciente en ayunas, en suero o plasma, pero siempre en el mismo tipo de muestra, y a ser posible en el mismo analizador y con la misma técnica.

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    Conclusiones

    Ante un valor de creatinina alta en gatos podemos pensar en la existencia de una disfunción renal. Sin embargo, si solo tenemos un resultado aislado (y sobre todo si el paciente es asintomático), debemos actuar con prudencia y tener en cuenta todos aquellos factores que nos podrían llevar a diagnosticar un falso positivo.

    Si tenemos sospecha de AKI son esperables cambios significativos en la concentración de creatinina en plazos cortos de tiempo (horas o días). Por el contrario, en gatos con ERC lo lógico es que el valor de creatinina, sea cual sea, se mantenga estable durante periodos de tiempo prolongados, salvo que se produzca un deterioro adicional de la función renal.

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    Bibliografía
    1.     http://iris-kidney.com/guidelines/index.html. Último acceso, 12/07/2021.
    2.     Chen H, Dunaevich A, Apfelbaum N, et al. (2020). Acute on chronic kidney disease in cats: Etiology, clinical and clinicopathologic findings, prognostic markers, and outcome. J Vet Intern Med; 34:1496-1506. 
    3.     Heine R, Lefebvre H. assessment of renal function. In: Elliot J, Grauer F (eds). BSVA Manual of Canine and Feline Nephrology and Urology. British Small Animal Association. Gloucester, 2007:117-125.
    4.     Hokamp JA, Nabity MB. (2016). Renal biomarkers in domestic species. Vet Clin Pathol; 45: 28-56.
    5.     Yerramilli M, Farace G, Quinn J, et al. (2016). Kidney disease and the nexus of chronic kidney disease and acute kidney injury: the role of novel biomarkers as early and accurate diagnostics. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 46: 961-993.
    6.     Relford R, Robertson J, Clements C. (2016). Symmetric dimethylarginine: improving the diagnosis and staging of chronic kidney disease in small animals. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 46: 941-960.
    7.     Finch NC, Syme HM, Elliott J. (2018). Development of an estimated glomerular filtration rate formula in cats. J Vet Intern Med; 32: 1970-1976.
    8.     Paltrinieri S, Giraldi M, Prolo A, et al. (2018). Serum symmetric dimethylarginine and creatinine in Birman cats compared with cats of other breeds. J Feline Med Surg; 20: 905-912.