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    Cáncer de piel en gatos. ¿Cuáles son las neoplasias más frecuentes?

    El cáncer de piel en gatos es una de las neoplasias más habituales en la especie felina y sus formas más frecuentes son el carcinoma de células basales, el fibrosarcoma, el carcinoma de células escamosas y el mastocitoma.

    Introducción

    La piel y el tejido celular subcutáneo son las localizaciones más habituales de tumores en el gato: entre el 29,6 % y el 41,5 % de todas las neoplasias tienen su origen en estos tejidos.1 En tanto que es el órgano de mayor tamaño y más expuesto, la piel es especialmente propensa a las lesiones externas y, además, es fácilmente visible y palpable.1 El porcentaje de malignidad de los tumores cutáneos oscila, en función de los estudios, entre el 52,7%1 y el 76,1%.

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    Si bien en la bibliografía existe cierta variación en cuanto a su prevalencia, el consenso general es que las cuatro neoplasias cutáneas más frecuentes son el carcinoma de células escamosas, el fibrosarcoma, el carcinoma de células basales y el mastocitoma.1,3 Aunque clínicamente relevantes, el linfoma, el linfangiosarcoma, el adenocarcinoma de glándulas ceruminosas y los tumores digitales son menos frecuentes.3

    Principal cáncer de piel en gatos: carcinoma de células basales

    Los carcinomas de células basales (CCB) se originan a partir de las células basales pluripotenciales de los anejos cutáneos o de la epidermis. Representan entre un 11% y un 28% de todas las neoplasias cutáneas en la especie felina y varios estudios lo describen como el cáncer de piel en el gato más frecuente.1 La edad media de los gatos afectados es de 7 a 10 años y las razas con un mayor riesgo son el Siamés, el Persa, el Himalayo y el gato doméstico de pelo largo.3

    Estas neoplasias se localizan principalmente en la cabeza y el cuello, aunque pueden hallarse en cualquier ubicación.4 La mayoría son benignos, de crecimiento lento y rara vez metastatizan.3,4 Se presentan como masas aisladas, bien definidas, que pueden ser pigmentadas y cuyo tamaño suele oscilar entre 0,5 cm y 2,5 cm, aunque algunos pueden alcanzar los 10 cm. Son tumores compactos y desplazables a la palpación, que no están adheridos a planos profundos.3

    Si la evaluación histológica confirma que la escisión quirúrgica es completa, el tratamiento suele ser curativo.4 Los CCB son muy radiosensibles y la radioterapia puede ser una alternativa adecuada a la escisión. En gatos con un elevado riesgo de complicaciones quirúrgicas o efectos antiestéticos, se puede sopesar no intervenir, dado que el riesgo de metástasis es muy bajo.3

    Fibrosarcoma

    Los fibrosarcomas pueden aparecer en cualquier localización del cuerpo a partir de fibroblastos en el tejido subcutáneo y, ocasionalmente, de la dermis. Son los tumores mesenquimales más frecuentes y representan del 20% al 43% de todos los tumores cutáneos en el gato. Suele describirse como el segundo cáncer de piel en gatos más habitual, aunque algunos estudios lo sitúan en primer lugar.1,2 No se ha descrito ninguna predisposiciónilección de raza o sexo.

    Los fibrosarcomas suelen dividirse en tres entidades clínicas diferenciadas. Los fibrosarcomas múltiples de gatos jóvenes, aunque se consideran muy raros, aparecen con mayor frecuencia en gatos de menos de 5 años infectados a la vez por el virus de la leucemia felina (FeLV) y el virus del sarcoma felino, que se considera su agente causal.3 Se presentan como masas firmes de crecimiento rápido, mal diferenciadas y con adherencias en tejidos adyacentes.3 Si bien en estadios iniciales pueden extirparse quirúrgicamente, las recidivas y la aparición de nuevas masas son frecuentes, por lo que el pronóstico es grave.

    cancer de piel en gatos

    Los fibrosarcoma solitarios, de etiología desconocida, suelen presentarse de forma aislada en gatos de 8 a 10 años de edad no infectados por virus. Son de consistencia firme, contorno irregular, bien diferenciados, crecimiento lento y mal delimitados. Las metástasis son infrecuentes y afectan sobre todo a los pulmones. El tratamiento recomendado es la extirpación quirúrgica con márgenes amplios de resección, pues tienen un porcentaje elevado de recidiva.3

    Los fibrosarcomas asociados al punto de inyección son neoplasias invasivas, de etiología desconocida. Datos recientes sobre su patogénesis relacionan la existencia de una predisposición genética  por la cual a una reacción inflamatoria crónica puede derivar en una transformación maligna de fibroblastos y miofibroblastos. Han sido relacionados con vacunación en gatos  entre otras causas.3 Aunque la incidencia de estas neoplasias es baja, cuando aparece crece de forma rápida, infiltrativa y muy rara vez metastatiza. A pesar de que la extirpación quirúrgica puede ser curativa, las recidivas son muy frecuentes, incluso en casos en los que histológicamente se observan márgenes amplios sin tejido tumoral.3

    Carcinoma de células escamosas

    El carcinoma de células escamosas (CEE) es una neoplasia maligna que se origina en el epitelio escamoso y representa el 15% de los tumores cutáneos en el gato.5 Los distintos estudios sitúan a los CEE como el tercer cáncer de piel en gatos más común.1,2 Suelen afectar a gatos geriátricos, con una mediana de edad de 10-12 años.5

    Su causa principal es la exposición a la luz ultravioleta (UV) y suelen localizarse casi exclusivamente en la cabeza. Los gatos de pelaje blanco o con zonas blancas en su manto son los que presentan el mayor riesgo. El pelaje es una barrera física a la radiación UV, por lo que los CEE aparecen en regiones con escaso pelo y no pigmentadas, como las orejas, los párpados o el plano nasal.4,5

    Antes de evolucionar a lesiones invasivas, los gatos desarrollan lesiones eritematosas que no cicatrizan con algunas costras. Histológicamente, estas lesiones pueden visualizarse como queratosis actínica o carcinoma in situ. Si no se tratan, las lesiones se ulceran y, posteriormente, invaden y destruyen los tejidos adyacentes.4

    El diagnóstico se alcanza por biopsia, ya que la mayoría de lesiones son demasiado superficiales o inflamadas para permitir un diagnóstico fiable con una punción por aspiración con aguja fina. Los CEE cutáneos metastatizan muy lentamente y, si lo hacen, suelen hacerlo a los ganglios linfáticos y los pulmones.5

    Las opciones de tratamiento dependen en gran medida de la localización y de la extensión de las lesiones,5 aunque la escisión temprana y completa con amplios márgenes quirúrgicos es el tratamiento recomendado en la mayoría de los casos.3 Las lesiones superficiales del plano nasal, las pequeñas lesiones palpebrales aisladas y las lesiones ubicadas en la punta de las orejas son relativamente fáciles de tratar, pero aquellas en un estadio más avanzado entrañan una mayor dificultad y pueden afectar enormemente al aspecto estético del animal.5

    Mastocitoma

    Los mastocitomas cutáneos suelen aparecer en gatos de edad avanzada, aunque la edad de presentación muestra una gran variabilidad desde gatitos de menos de 12 meses hasta los 19 años. La etiología concreta de los mastocitomas felinos se desconoce, aunque algunos estudios han descrito una predisposición genética de la raza Siamesa.6 Suelen representar entre el 2% y el 21% de todas las neoplasias cutáneas felinas, siendo el cuarto tumor cutáneo más frecuente.1

    Los mastocitomas (MCT) cutáneos suelen localizarse en la cabeza, el cuello y el tronco, y se dividen histológicamente en dos formas: mastocítica y atípica (denominada anteriormente histiocítica). La forma mastocítica es la más frecuente de las dos y se subdivide en dos formas: bien diferenciada (anteriormente compacta) o mal diferenciada (anteriormente pleomórfica o difusa).7 Los MCT bien diferenciados mastocíticos son masas circunscritas, no encapsuladas conformadas por células redondas uniformes con poca actividad mitótica. Este es el tipo histológico más habitual y una revisión señaló que representan el 60% de todos los MCT cutáneos felinos.7

    El diagnóstico suele alcanzarse con una evaluación citológica de un aspirado con aguja fina de la masa.7 La cirugía, si puede realizarse, es el tratamiento de elección para los mastocitomas. La escisión quirúrgica de la forma mastocítica suele ser curativa con una baja tasa de recidiva y metástasis, incluso con márgenes quirúrgicos mínimos en la histopatología. Los MCT con un mayor riesgo de metástasis son las formas mastocíticas poco diferenciadas con un elevado índice mitótico.

    Conclusiones

    Los tumores cutáneos en el gato se encuentran entre las neoplasias más frecuentes diagnosticadas en la especie felina y un porcentaje elevado de ellos son malignos. Las cuatro neoplasias más frecuentes son el carcinoma de células escamosas, el fibrosarcoma, el carcinoma de células basales y el mastocitoma. La resección quirúrgica suele ser el tratamiento de elección en la mayoría de gatos.

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    Bibliografía
    1. Ho N.T., Smith K.C., Dobromylskyj M.J. (2018). Retrospective study of more than 9000 feline cutaneous tumours in the UK: 2006–2013. Journal of Feline Medicine and Surgery; 20(2) 128-134.
    2. Graf R., Grüntzig K., Boo G., et al (2016). Swiss Feline Cancer Registry 1965–2008: the influence of sex, breed and age on tumour types and tumour locations. Journal of Comparative Pathology; 154: 195-210.
    3. Fox L.E. (1995). Feline Cutaneous and Subcutaneous Neoplasms. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice; 25 (4): 961-979.
    4. Meleo K.A. (1997). Tumors of the Skin and Associated Structures. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice; 27 (1): 73-94.
    5. Murphy S. (2013). Cutaneous Squamous Cell Carcinoma in the Cat: Current understanding and treatment approaches. Journal of Feline Medicine and Surgery; 15: 401-407.
    6. Melville K., Smith K.C., Dobromylskyj M.J. (2015).Feline cutaneous mast cell tumours: a UK-based study comparing signalment and histological features with long-term outcomes. Journal of Feline Medicine and Surgery; 17(6):486-93.
    7. Henry C., Herrera C. (2013). Mast cell tumors in cats: clinical update and possible new treatment avenues. Journal of Feline Medicine and Surgery; 15, 41-47.