Alternativas a la cirugía veterinaria en osteoartritis
Puede originarse a partir de una inestabilidad, de inflamación crónica, incongruencia o un proceso patológico que produce células patológicas en la articulación. En el perro muchas veces se origina a partir de un desgaste mecánico de diferentes causas. Se inicia entonces una disrupción física de la superficie del cartílago, que provocará a su vez el inicio de alteraciones bioquímicas que afectarán a toda la articulación, degradando los tejidos articulares.
En osteoartritis, cuanto antes, mejor.
La osteoartritis (OA), conocida también como enfermedad degenerativa articular, o artrosis, es una enfermedad crónica, muy dolorosa, degenerativa e inflamatoria que afecta las articulaciones sinoviales y acaba provocando la pérdida de la movilidad. Es muy frecuente en perros de avanzada edad, y todavía no tiene una cura definitiva. El tratamiento puede ser vía cirugía veterinaria pero existen otras alternativas.
Puede originarse a partir de una inestabilidad, de inflamación crónica, incongruencia o un proceso patológico que produce células patológicas en la articulación. En el perro muchas veces se origina a partir de un desgaste mecánico de diferentes causas. Se inicia entonces una disrupción física de la superficie del cartílago, que provocará a su vez el inicio de alteraciones bioquímicas que afectarán a toda la articulación, degradando los tejidos articulares.
El abordaje terapéutico tendrá como objetivo mejorar la calidad de vida del perro eliminando o reduciendo el dolor y la inflamación, en la medida que se gana movilidad. Teniendo en cuenta que la enfermedad es degenerativa y progresiva, conviene iniciar un tratamiento lo más temprano posible.
Tratamiento conservador para mejorar la movilidad del perro: cirugía veterinaria o tratamiento no quirúrgico
El tratamiento de la osteoartritis puede ser tanto quirúrgico como evitando la cirugía veterinaria. Sin embargo, el tratamiento no quirúrgico debe ser el de primera elección, ya que en muchos casos resulta exitoso.
Cualquier tratamiento debe abordarse desde la perspectiva integral de los componentes de la articulación: cartílago, hueso y cápsula sinovial.
Tratamiento médico conservador:
- Uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) para reducir la inflamación y como alivio sintomático del dolor. Estos inhibirán la vía inflamatoria de la ciclooxigenasa (COX I y COX II), y serán de elección principal para el tratamiento a largo plazo los inhibidores selectivos de la COX II (ej. carprofeno), ya que presentan menores efectos adversos gastrointestinales y mayores beneficios clínicos. Prestar atención a los efectos adversos gastrointestinales.
- Disminución del dolor con analgésicos.El tramadol es de los más utilizados en veterinaria.
- Restricción de ingesta dietética para disminuir el inicio y la progresión de la OA. En perros con sobrepeso la reducción de peso como único tratamiento ha demostrado alivio del dolor y mejora de la función de los miembros con dolor articular por OA. En estos pacientes se recomienda los paseos diarios con correa. La realización de ejercicio suave y de corta duración (nadar, paseos) son ideales para favorecer la salud física y el control del peso del perro. Como consecuencia de todo ello los miembros van a soportar una menor carga, facilitando la movilidad de la articulación, que a su vez es necesaria para mejorar el revestimiento saludable sinovial y del cartílago, al mismo tiempo que se contribuye al mantenimiento del peso corporal y se revierte atrofia muscular que se ha desarrollado.
Tratamiento nutricional:
Una buena aproximación nutricional puede ayudar a disminuir la carga farmacológica en la OA y a reducir los efectos adversos que conllevan.
- Las evidencias existentes soportan que la prescripción de dietas con elevadas cantidades de ácidos grasos omega-3 (AG n-3) son eficaces en el manejo de la OA. Son suplementos muy utilizados en la medicina humana, que han presentado evidencias también en veterinaria. Un elevado aporte de AG n-3 sirve para desplazar la biosíntesis de los eicosanoides derivados de los ácidos grasos omega-6, que tienen una naturaleza vasoactiva y proinflamatoria, por la promoción de los eicosanoides derivados de la serie n-3, con características mucho menos proinflamatorias.
- Uso de condroprotectores: la combinación de glucosamina y condroitin sulfato estimula el metabolismo del cartílago, inhibiendo su degradación, reduciendo los síntomas clínicos, tanto en pacientes con OA como en condiciones post-cirugía veterinaria.
- El ácido hialurónico administrado vía oral es absorbido en el intestino depositándose en las articulaciones. Su suplementación mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes con síntomas de OA.
- La ingesta de vitamina K previene la pérdida de masa ósea, el riesgo de fracturas y la incidencia de osteoartritis mediante una mayor mineralización ósea, formación de hueso/cartílago e inhibición de la calcificación del cartílago.
Con la alimentación, es posible combinar nutrientes dirigidos a modificar las diferentes estructuras articulares (hueso, cartílago, membrana sinovial) afectadas por la OA y modificar las rutas bioquímicas patológicas (antiinflamatorios, antioxidantes) para ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad y aliviar los signos clínicos.