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    Estreñimiento en perros: diagnóstico y manejo

    El estreñimiento en perros, si no se controla y trata adecuadamente, puede desembocar en un megacolon.1

    Introducción

    El estreñimiento en perros se ha definido como la eliminación infrecuente, difícil y dolorosa de heces secas y duras, sin que exista una pérdida permanente de la capacidad funcional. Cuando esto ocurre, se habla de obstipación, la cual siempre requiere siempre atención veterinaria. Episodios repetidos de obstipación pueden causar un megacolon.1,2

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    Etiopatogenia

    El intestino grueso se encarga de la absorción del agua y electrolitos contenidos en las heces, así como de su almacenamiento. En el colon se producen 2 tipos de contracciones:

    • Las hasustrales, que tienen carácter continuo y cuyo efecto principal es maximizar la exposición de las heces a la mucosa digestiva para que se produzca la absorción de agua;
    • Y los movimientos en masa, que solo se producen unas pocas veces al día y que son los que propulsan las heces hacia el recto, para la defecación.

    Estos movimientos estimulan la relajación del esfínter anal interno, que, si va seguida de la del externo, normalmente conduce a la defecación. Al contrario que el esfínter interno (inervado por el sistema nervioso autónomo), el esfínter anal externo está inervado por fibras somáticas, lo que permite un control voluntario de la defecación. En condiciones normales, la contracción voluntaria y sostenida de este esfínter hace que cesen los movimientos en masa en 10-30 minutos, de modo que el recto se relaja, el esfínter interno vuelve a contraerse y desaparece la urgencia por defecar.2

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    Causas de estreñimiento

    Cualquier situación que aumente el tiempo de permanencia de las heces en el colon puede potencialmente causar estreñimiento.

    Las causas más frecuentes de estreñimiento en perros incluyen:

    • Alimentación pobre en fibra y con alto contenido en materiales no digestibles (por ejemplo, huesos).
    • Falta de ejercicio.
    • Cuadros de debilidad o deshidratación.
    • Obstrucción intra o extraluminal del colon o recto.
    • Fracturas de cadera.
    • Hernia perineal.
    • Alteraciones neurológicas.2,3

    Evaluación clínica del estreñimiento en perro

    La evaluación diagnóstica de un perro presentado a consulta por un cuadro de estreñimiento debe incluir un examen físico completo, prestando especial atención a la exploración de la cavidad abdominal, para intentar valorar la presencia de posibles masas que pudieran ser la causa del estreñimiento. En machos es fundamental hacer un tacto rectal y evaluar el tamaño de la próstata. Igualmente, debe hacerse un examen del ano y región perianal para descartar la existencia de hernias o fístulas perianales.

    En cuanto a las pruebas diagnósticas, es importante hacer siempre radiografías abdominales en 2 posiciones para evaluar el grado de distensión del colon, así como la posible presencia de cuerpos extraños o masas que dificulten la defecación. Se considera que si el cociente entre el máximo diámetro del colon y la longitud de la séptima vértebra lumbar es mayor de 1,5 existe megacolon.3

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    En función de los hallazgos radiológicos puede indicarse la realización de una ecografía abdominal. Igualmente, en cuadros de repetición en los que no se encuentra la causa sería aconsejable hacer una colonoscopia para valorar posibles obstrucciones intraluminales.2

    Los resultados analíticos (hematología, bioquímica y urianálisis) en pacientes con estreñimiento pueden ser totalmente normales o mostrar alteraciones relacionadas con la causa subyacente.

    Tratamiento del estreñimiento en perros

    Estreñimiento leve/moderado

    Normalmente se tratan con una combinación de laxantes, enemas, agentes procinéticos y modificación de la dieta.

    Estreñimiento más severo

    Puede ser necesaria la administración de fluidos y extracción manual de las heces bajo anestesia general. Igualmente, pacientes con megacolon pueden requerir cirugía.1-3

    Enemas

    Para facilitar la expulsión de las heces pueden emplearse enemas, bien sean comerciales, o simplemente enemas de agua templada (5-10 ml/kg) +solución lubricante al 50%.

    • Si se usan enemas comerciales, debe tenerse precaución con aquellos que contengan fosfato sódico (sobre todo en perros pequeños), por el riesgo de causar hiperfosfatemia severa, hipocalcemia y muerte.
    • Los enemas a base de sulfosuccinato sódico de dioctilo (5-30 ml según del tamaño del perro), o de aceite mineral (5-30 ml) pueden ser otra opción, pero no deben mezclarse, porque el sulfosuccinato favorece la absorción sistémica del aceite.
    • La lactulosa (5-10 ml/kg diluido al 30% en agua) puede usarse también en forma de enema.
    • No se recomienda la adición en los enemas de jabones ni sustancias que puedan ser irritantes.

    Laxantes

    • Solo se recomiendan en pacientes bien hidratados.
    • Los laxantes a base de aceites pueden interferir la absorción de algunos nutrientes, por lo que no se recomiendan a largo plazo. En este caso es preferible usar laxantes osmóticos como la lactulosa (0,5 ml/kg/8-12 horas).
    • Además, comentábamos previamente es aconsejable el uso de dietas altas en fibra y si es necesario valorar la administración de procinéticos.3

    Conclusiones

    La prevalencia de estreñimiento en perros ha disminuido como consecuencia de que cada vez son más los propietarios que recurren a dietas comerciales adecuadas, y menos los que alimentan a sus perros con huesos. Sin embargo, tendencias como la de las dietas BARF podrían aumentar el porcentaje de animales con estreñimiento vistos en las consultas. Por lo que hace al tratamiento del estreñimiento grave, en medicina humana se ha descrito el uso anecdótico de Coca-Cola® para reblandecer fecalomas, Aunque no existen evidencias publicadas al respecto en perros, ésta quizá podría ser una opción en casos que no responden al manejo habitual. 

    Descarga el informe: Leishmaniosis canina

    Bibliografía
    1.     Washabau RJ. (2013). Constipation. En Washabau RJ, Day MJ (eds). Canine and Feline Gastroenterology. Elsevier: 93-99.
    2. Foley P (2017). Constipation, Tenesmus, Dyschezia and Fecal Incontinence. En Ettinger SP, Feldman EC, Cote E. (eds). Textbook of Veterinary Internal Medicine. 8th ed. Elsevier: 633-638 
    3.     Ludwig L. Constipation/Obstipation and Megacolon. (2020). En Cohn LA, Côté E, (eds). Clinical Veterinary Advisor Dogs and Cats. Elsevier: 764-772.