¿Cómo abordar la bronquitis en perros?
Etiología de la bronquitis en perros
La bronquitis se define como una inflamación e irritación de los bronquios, ya sea en un periodo de tiempo corto, lo que se conoce como bronquitis aguda, o en un periodo más prolongado de tiempo, denominada bronquitis crónica.1
La bronquitis aguda se caracteriza por la aparición de tos de corta duración, tanto productiva como no, así como presencia de procesos febriles, aumento de los ganglios linfáticos y presencia de crepitaciones y sibilancias en la auscultación cardiopulmonar.
Por otro lado, la bronquitis crónica2 plantea un cuadro clínico más progresivo, con una tos con excesiva producción de mucosidad, que cursa con alteraciones irreversibles en el sistema respiratorio del paciente. Esto conlleva a que, debido a la reacción inflamatoria continuada que sufre el perro, existe una alteración de la ventilación y la perfusión pulmonar que tiene que ser controlada a lo largo de la vida del individuo.
Según García M.B. (2003), dentro de las causas3 que ocasionan bronquitis en perros también es importante hacer distinción según su modo de presentación:
● En los pacientes con bronquitis aguda la sintomatología está asociada a infecciones bacterianas (destacando Pasteurella spp. y Pseudomonas aeruginosa4) o víricas (como es el caso de parainfluenza canina en casos de tos de las perreras), así como infecciones fúngicas por Mycoplasma spp., infecciones parasitarias por agentes como Angiostrongylus vasorum,5 parásito emergente en España como considera Martínez-Pereira (2010), reacciones de hipersensibilidad o alergia, tanto ambiental como alimentaria, procesos de irritación del epitelio traqueal por presencia de una neoplasia o cuerpo extraño, y por alteraciones propias al corazón como es el caso de la cardiomegalia.
● En los perros que padecen bronquitis crónica no suelen diagnosticarse una causa subyacente como tal, ya que el nivel de lesión es muy avanzado. Es estos casos, los pacientes concuerdan más con un cuadro clínico alérgico, inhalación continua de sustancias irritantes, tales como humo de tabaco, o infecciones crónicas no tratadas debidamente.
Abordaje diagnóstico
En primer lugar, la historia clínica del animal y la sintomatología son aspectos fundamentales en el diagnóstico6 de esta patología, debido a que los cuadros clínicos varían según su presentación. No obstante, los individuos pueden presentar signos clínicos inespecíficos tales como inapetencia, fiebre o pérdida de peso que no son patognomónicos de esta enfermedad.
Los casos de bronquitis crónica están más asociados a perros geriátricos de razas pequeñas, que presentan cuadros de tos por más de dos meses, tanto productiva como no productiva, mientras que la bronquitis aguda no tiene un patrón de presentación.
La auscultación cardiopulmonar indicará alteraciones en la ventilación mediante la aparición de sonidos patológicos broncovesiculares, así como posibles sonidos compatibles con alteraciones cardíacas que estén relacionados con el estado del paciente. Es, por tanto, una herramienta imprescindible para el diagnóstico que debe realizarse en todos los animales.
Por otro lado, el uso de técnicas de imagen permitirá al clínico divisar los distintos patrones pulmonares y alteraciones estructurales, útiles para realizar un correcto diagnóstico diferencial. La radiografía y la ecografía son las técnicas más empleadas y más asequibles para el propietario, pudiendo emplearse para un diagnóstico más específico los métodos de endoscopia y resonancia magnética.
Por último, los lavados traqueobronquiales y la toma de muestras para antibiograma y cultivos son importantes para el diagnóstico de parásitos broncopulmonares e infecciones bacterianas y/o fúngicas.
Abordaje terapéutico
Según Rozanski E. (2020), una vez hallada la causa primaria y realizado un diagnóstico diferencial, en primer lugar para el tratamiento,6 se deberán controlar los signos clínicos más agudos y el estado general del paciente, controlando el cuadro febril, síntomas de tos, posible hipertensión pulmonar, entre otros. En casos en los que el paciente esté grave la oxigenoterapia deberá ser considerada, sobre todo en pacientes cianóticos.
El empleo de nebulizadores permitirá mantener las vías respiratorias del paciente hidratadas y eliminar las secreciones bronquiales que presenta. A su vez, la administración de broncodilatadores, como la teofilina, y de corticoides de corta duración, como la prednisona, ayudarán en la ventilación al animal.
Otros medicamentos como antibióticos, antitusígenos, o antiparasitarios serán empleados según la etiología descrita.
Conclusión
La bronquitis en perros tiene dos presentaciones clínicas muy importantes, aguda y crónica, que se deben de tener en cuenta a la hora de enfocar el planteamiento diagnóstico y el tratamiento a administrar. Debido a que es una patología con múltiples etiologías, el diagnóstico diferencial es imprescindible y de vital importancia para asegurar el éxito terapéutico.