Cistitis enfisematosa felina
En post anteriores ya hemos hablado sobre las enfermedades del tracto urinario inferior felino, más concretamente sobre los cálculos de estruvita y los cálculos de oxalato y estruvita.
En este post nos centraremos en la cistitis enfisematosa felina.
Cistitis enfisematosa
La cistitis supone la causa más frecuente de engrosamientos de la pared vesical. La cistitis enfisematosa es una infección del tracto urinario inferior complicada, que se caracteriza por la presencia de vesículas llenas de gas en la pared de la vejiga e incluso, a veces, burbujas de gas en el lumen de la vejiga. Esta formación de gas es debida a una infección bacteriana que utilizan como sustratos glucosa, proteínas o carbohidratos tisulares.
El gas que se encuentra en la vejiga consiste en nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y dióxido de carbono.
Se han aislado múltiples microorganismos en estos casos, con predominio de la presencia de E. coli o Clostridium spp en más de la mitad de los casos publicados. Otras bacterias gram negativas, incluyendo Klebsiella y Proteus o hongos, como la cándida también han sido reportados.
Diagnóstico de la cistitis enfisematosa
En pacientes que presentan diabetes mellitus y glucosuria conjuntamente con cistitis enfisematosa presentan una imagen confusa en las ecografías, debido a la presencia del gas intraluminal que puede llegar a ocultar la anatomía de la vejiga. En estos casos es más útil las radiografías, ya que el gas se identifica con facilidad dentro de la pared de la vejiga.
En ocasiones puede haber sospecha clínica cuando se oye como un sonido de aire durante la micción o crepitación de la vejiga en la palpación del examen físico.
El diagnóstico temprano es importante ya que este tipo de cistitis es difícil de tratar y la recurrencia es frecuente. El manejo de la cistitis enfisematosa, cuando se instituye prontamente, tiene resultados muy exitosos. El drenaje urinario adecuado, la terapia antibiótica apropiada y el control glucémico dan resultados terapeuticos muy exitosos. Una vez eliminada la infección, el gas es rápidamente absorbido por los tejidos. En algunos casos poco frecuentes puede ser necesario debridamiento quirúrgico o cistectomía. La resolución definitiva de la infección se confirma mediante radiografía de seguimiento y un análisis de orina.
Cistitis enfisematosa y diabetes
Se ha comprobado que los gatos diabéticos con glucosuria asociada presentan una mayor predisposición a sufrir cistitis enfisematosa. Debido a que esta infección está provocada por bacterias que utilizan entre otros,como sustratos, la glucosa. La ausencia de glucosuria no es un factor fiable para excluir el diagnóstico de diabetes mellitus. Por este motivo se debe siempre realizar una medición de la glucemia antes de descartar diabetes mellitus.
La cistitis enfisematosa también puede ocurrir con menor frecuencia en gatos no diabéticos, aunque en estos casos la evolución de la enfermedad es generalmente más complicada.